agua que no has de beber

hoy me senté en la plaza al costado de
la fuente y dejé que me diera el sol
vi pasar muchos turistas prendí
un cigarrillo. a vos siempre
te molestó que yo tuviera
ese hábito. cuando estaba
en primero, no fumaba: comía
muchas golosinas. cuando salíamos
con gabi del cole comprábamos o
panchos o bizniques o las dos cosas.
nos hacíamos chistes encriptados
como si fuéramos varones pero
no lo somos. somos chicas, mujeres
no nos deteníamos
en la plaza. cruzábamos la avenida
y tomábamos el subte. con carla
sí nos quedábamos acá. dormimos
siestas abajo de este sol, arriba
de este pasto. las mochilas negras
quedaban calientes, quemaban
en la espalda. todo era de fuego
en aquel momento. todo era azul
y anaranjado. ahora las cosas
son más quietas, no? vos volviste a pasar
por esta plaza? yo hace poco trabajo
acá. estoy tranquila. estoy sentada
enfrente de la fuente. el agua cae
y se va por unos cañitos
de abajo y después sube y vuelve
a caer. ni yo ni vos nos parecemos
a esta fuente. no somos ciclos,
somos personas. vos sos un hombre,
jugás al fútbol y tomás cerveza
y a veces te afeitás la barba.
y te queda bien. en la plaza está
angel jesús. él ofició de dios
o de padrino,
cuando nos hicimos novios. nos dimos
un beso de amor y le compramos
una Hecho en Buenos Aires.
cuando se fue, me dijiste tus votos
de novio: “te cabe la exclusividad?”
y fue lo más lindo que escuché
hasta el día de hoy. ahora
hay un poco de viento y la pollera
se me levanta, se me ven las piernas.
te imagino riendo
de la situación y a la vez nervioso,
inquieto. los rulos se te desordenan
como viboritas. los ojos te brillan
raro qué tenés en los ojos,
dos diablos enanos? ahora
nos veo empezando a pelear
vos diciendo pendeja enferma
yo diciendo sos un imbécil
yo diciendo no me merecés.