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En los últimos tres meses me perdí entre los panfletos y esos chismes high level que son las internas de todos los espacios del mundo. Anoche elegí la reclusión: estudiar cosas que no valen la pena, que no existen, no existen. De fondo estaba el canal afrancesado, y a la madrugada temprana apareció ella: decía sigo muy triste, decía ¿quién se quiere separar?, decía ¿cuáles son los parámetros de lo que se debe sufrir? Alguien puso en blanco eso que yo... hace pocos días me decías "no le dejás un solo lugar a la falta, te mostrás completa, te reís..." te lo negué, lo negué, lo negué tres veces. Hoy lo pensé todo el día, y llegué a que no soy yo, sos vos, vos sos: no te la bancaste te quebraste, te hago un conjuro con los ojos apretados, los puños cerrados, apago un cigarrillo/prendo un cigarrillo: no dejo lugar a la falta pero sí, en realidad sí y sí. Pero ¿y vos? elegiste apropiarte de duelos ajenos, comulgar con las ausencias de otros es más fácil que con las propias, ¿lloraste en el entierro? Yo viví mucho en un año que fue largo. Escribí un poema que hablaba de nosotros y de lo macro de las fotos, que nacía de otro sobre los jóvenes k, el punto de fuga era "foto" y el punto de fuga siempre es "foto". No te quedaste en la foto ni nos quedamos en la playa y de la mano, no sé si éramos más jóvenes o más viejos. No teníamos miedo, eso es claro y es digno. No teníamos reproches para intercambiar, y sí teníamos una certeza brillante, un amor seguro.