Monday, October 01, 2007

Es una tarde lluviosa y da para hablar de la Franja (y los maníes van a caer de izquierda, de derecha, ¡hasta del piso!)

Un amigo al que adoraaaaaaaaaaaamos, ex (?) Franja él, me dice que como fuerza gremial, básicamente, la cosa funcionaba. Y acá otra vez nos estamos metiendo con cómo las distintas estructuras (los distintos sistemas de representación) condicionan los parámetros que definimos a la hora de “medir” una fuerza, de evaluarla. Me da mucha vergüenza hablar de algo que no viví y en un terreno en el que claramente juego con desventaja pero buen, como dice marina, “tetitas arriba”: El éxito de la Franja con la reapertura democrática estuvo más ligado al terreno de las representaciones que al de las bases. Todo va junto, ok, pero el discurso conciliador, demócrata, político, fue lo que caló hondo. Eso es voluntad política según El Señor:

Voluntad = conciencia práctica de la necesidad histórica.

Ahora: ¿qué pasa cuando una fuerza política pierde su misión?
Pasa a ser reacción.

La política siempre es política de la transformación, cuando la fuerza ya no tiene terreno para la reforma, queda el armazón, duro, pétrrrrrrrrrrreo, reteniendo todo lo que pueda retener. Una fuerza sin voluntad deja de ser orgánica en este doble sentido: deja de transformarse (no hay más recambio generacional ni de proyectos) y deja de presentarse en función de un proyecto integral: un proyecto de país, un proyecto de sociedad.

En el 99 es la última Gran Marcha Federal (era septiembre?). En el 2000 asume la Alianza y el empate de fuerzas contenido hacia adentro se vuelca en el continuismo del neoliberalismo de mercado. Ahí, claramente, salta el carácter reaccionario de la Franja (tan chiquita y ya me estoy repitiendo).

Porque en el fondo no se trata de los métodos, los métodos “coercitivos” (que, es verdad, no fueron pa´ tanto) aparecen cuando la fuerza deja de sintetizar (¿qué?) la conciencia de una necesidad histórica, y entonces se trata de retener por retener, porque ya estamos ahí, porque sabemos más que ellos, porque somos los mejores, los porongas.

Si este proceso particular lo llevás a una escala nacional en la que (es cierto) todo está hecho mierda, lo que se empiezan a generar son un montón de focos autónomos de poder que, bancados por estructuras institucionales distintas (lo que decíamos dos postssss abajo sobre los distintos tipos de elección y de sistemas políticos), se fragmentan y no representan, no sintetizan, no nada.

Entonces, bancamos la hipótesis de la crisis de representación y ruptura del bloque histórico, pero siempre teniendo en cuenta que las dinámicas de poder son distintas de acuerdo a la escala en la que te muevas y la torta que haya para repartir. Por ejemplo, en sociales (voy a hablar de mi facultad porque es lo que más conozco) la torta es chiquita y todo está tan democratizado (en la última elección yo voté junta y director de carrera ADEMÁS de centro y consejo), que la dinámica política se reduce a la lógica perversa de correrse por izquierda todo el tiempo. Parece una paradoja (en la facultad democratizada es en donde más falta política) pero no es: en La Política como vocación, Weber habla del parlamento alemán y dice lo mismo lo mismo lo mismo tal cual, que es que si no se disputa poder (torta, cargos), nos empezamos a correr por izquierda.

Y en resumen, contemplamos lo que dice nuestro amigo de la Franja y le pedimos a él que nos contemple a nosotras (hoy nos trajimos la remera verde corte princesa así que vale la pena contemplarnos), que entramos al secundario en el 99 y conocimos nada más que el armazón.

Bueh, y en última instancia, ¿cuál es problema con el armazón?, ¿nos estamos quejando por puristas?, ¿nos estamos haciendo cruces por los manejos discrecionales que el enano Frascara hizo de los planes trabajar? Of course not. Nos quejamos porque una fuerza que no tiene voluntad de cambiar nada, lucha por mantener todo como está, y en el camino les pega a los que quieren tomar la posta de la transformación. Desmoviliza, desradicaliza, destruye... y acá somos “plurales”, hay lugar hasta para el matón, pero para el reaccionario…

5 comments:

Diego said...

O sea, ¿se banca todo lo que pase en Sociales y se critica lo que pasa en otros lados?


Cuidado con la Matrix...


Saludos

sol said...

no, por qué? dónde se banca sociales?

Diego said...

En éste párrafo final, por ejemplo: "y acá somos “plurales”, hay lugar hasta para el matón, pero para el reaccionario…"

No sé, me pareció, ¿o era una ironía que no entendí?

sol said...

"acá" = en este blog.
sociales está de ejemplo nada más, de cómo la dinámica "política" varía de acuerdo a las normas de la institución.
= es verdat que este e´ un post choto, que se presta mucho a la confusión (puntualmente: no hay un sólo número que fundamente nada y además "Franja" es un tema que me queda grande)
besos,

Anonymous said...

Agradabilisima amiga: un gustazo y mis felicitaciones para ud. Me gustó lo escrito sobre la franja al igual que su "estilo".
Si le interesa sobre el tema le refiero dos cuestiones puntuales que creo la van a ilustrar. La reunión de franja con Alfonsin a proposito del punto final y obediencia de vida y el periplo del ilustre coti Nosiglia.
A mi parecer toda la dirigencia radical, se adelanto a sus tiempos. Fueron "politicos profesionales" antes que apareciera este termino como descalificatorio. Activistas en su vida universitaria, luego instalan bufet o desarrollan su actividad en el area que hayan elegido y por ultimo asumen de concejales, diputados, senadores o goberanadores.
Para evitar confusión alguna, le aclaro que soy peronista. Desde 1946 el pueblo argentino, principalmente los sectores mas humildes y trabajadores asi lo escuchan, lo vivieron y padecieron al radicalismo.
Vivieron con la ilusion "republicana" (vuelve a aparecer este termino ahora) de alejar a la clase obrera del peronismo con la finalidad de liberarla del "fascismo".
Y al igual que la izquierda, se acercaron al peronismo con una actitud epistemica mas que ontologica, con todo el prejuicio que esto acarrea.
Camote