Durante el mandato de Aníbal Ibarra se inició una experiencia piloto que produjo cambios valorados incluso por dirigentes no ibarristas. Como Macri intenta hacer ahora con el censo, aquel intento de cambio debió contar con el respaldo decisivo del sindicato municipal. Como secretaria de Hacienda, Marta Albamonte impulsó una nueva carrera administrativa. Al comienzo no podía seducir con la idea ni siquiera a su propio marido, Raúl Fernández, entonces jefe de Gabinete.
Sentado junto a su esposa en la charla con este diario, el ahora legislador Fernández admite: “Nosotros gobernábamos con la mirada puesta en el día a día y lo de Marta nos parecía secundario, cuando en realidad era estructural”. Tanto Fernández como Ibarra subestimaban la iniciativa hasta que Albamonte obtuvo el respaldo de los caciques sindicales Amadeo Genta y Patricio Datarmine. Ahí sí comenzaron a mirar la idea con simpatía.
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